27/11/13

Tíbio



“Tibia”, pronunció. Dijo “tibia”, como quien no quisiera la cosa, en algún lugar de la noche. Como lo dijo la camarera de aquella cafetería: “La leche está tibia”, sentenció. De  igual manera que lo hacía mi madre, cuando yo era niña, en mil y una ocasiones. Tibia, tibia, tibia, ¡¡tibia…!! Cinco malditas letras que nunca supe, ni sabré, dónde colocar. Siempre supe del frío, del calor, de lo templado pero ¿lo tibio…? ¿En qué intervalo rige lo tibio? ¿Qué lugar de la escala ocupa exactamente…? Anoche lo volví a escuchar: “Ti-bia”.


- Tú nunca lo entenderás; cada vez que alguien lo pronuncia el vello se toma la libertad de arremeter contra el aire por su cuenta, de hacerme sentir cada letra arañándome poro a poro, desde que nace en su garganta hasta que muere en lo más profundo de mi ser. Me transforma desde el oído, me invade, me ocupa… Tibias las manos, tibios los pies, tibios el vientre y cada una de mis entrañas.  Siempre supe colocarlo todo. Todo tiene un lugar, todo ocupa su espacio, todo está condenado a quedar clasificado de alguna manera que lo define y lo distingue de lo demás, pero… ¿”tibio”? Me da temblores al alma; me llena de escalofríos. -


Tibio quedó vagando por mi infancia y aún hoy, anda sin sentido comprometiendo mi estabilidad emocional. Me desconcierta, me irrita, me enciende los fantasmas. ¡¡Maldita secuencia de sonidos, y maldita su incapacidad para quedarse archivada sin más como el resto de palabras, en paz…!! Un sitio para cada cosa, un lugar para cada palabra, un significado, algo que la amarre, la asfixie y me dé sosiego…


- Tú jamás lo entenderás porque nunca se te quedó colgado un significado; nunca tuviste que cargar con este lastre sin sentido. Te agradezco el diccionario, pero dudo que, en este caso, la definición consiga enganchar su presa.-


Una vez, entre estados febriles, soñé que cortaba toda lengua que se atreviera a pronunciarlo. Las recolecté y coloqué a conciencia en una fuente grande de cocina; todas ellas, en su envés, llevaban tatuado con tinta azul y caligrafía inglesa “tibio” o “tibia”, según fuera su procedencia. Pero de poco sirvieron las mutilaciones, cuando desperté, el médico me había recomendado baños de agua “tibia” y mi madre mantenía mi cabeza al ras del agua, entre tanta tibieza descontrolada que vestía mi cuerpo.


- En fin, tú nunca lo entenderías… de modo que basta de charla, no le demos más vueltas. Acomódate aquí y saca, por favor, la lengua; apóyala en el diccionario si quieres. Prometo que seré breve. -



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